390 – LA CURVA DE LAFFER ¿BAJAR LOS IMPUESTOS Y RECAUDAR MÁS? BAJAR LOS IMPUESTOS Y RECAUDAR MÁS.

07/09/2018

El siguiente retweet del Cr. Eduardo Zaidensztat me ha hecho reflexionar sobre la pertinencia de tratar del tema de la “Curva de Laffer”:

He aquí la imagen original del tweet original:

La idea de que bajando los impuestos se pueda llegar a tener una mayor recaudación impositiva es contraria a lo que uno intuitivamente podría suponer.

La “lógica” indica que si se aumentan los impuestos se recaudará más, mientras que si se disminuyen sucederá lo contrario.

Ahora bien, la respuesta a la pregunta del acápite debiera ser:  depende; ¿de qué? del lugar de la CURVA DE LAFFER en que nos encontremos.

¿Cómo luce la CURVA DE LAFFER?

Así:

Expliquémosla brevemente. En un lado (eje horizontal) la tasa de impuestos; en el otro (vertical), la recaudación.

Es fácil suponer que si la tasa de impuestos es 0% nada se recaudará.

Conforme se avanza aumentando las alícuotas de los tributos, se recauda más. Más tasa, más recaudación. Y la relación es más o menos directamente proporcional.

Ahora bien, omitamos, simplemente por un momento, la parte central de la curva y consideremos directamente el otro extremo. También es muy sencillo de entender que si la tasa de impuestos fuera de un 100% nada se recaudaría (los contribuyentes preferirán evadir, o lo que sea, antes que dar todo su producido, el 100%, al Estado).

Y en el medio las situaciones intermedias.

Sí, sube la recaudación. ¿Siempre? No. Hay veces en que si los impuestos se suben ya no se logra recaudar más, sino menos. O sea, la recaudación crece, sí, al unísono del aumentos de las tasas; primero en forma directamente proporcional, luego no tanto, y, un poco más allá, nada, y luego,  cae.

Entonces podríamos llegar a suponer que, si justo estamos en la parte de la curva en que la recaudación ha comenzado a decaer (a pesar de haber aumentado los porcentajes de los impuestos), una rebaja en las tasas llevaría, sin duda, a un aumento de la recaudación.

¿En qué lugar de la Curva de Laffer nos encontramos?

No sabemos.

Pero lo que está claro es que nadie se atreve siquiera a intentar una rebaja de impuestos (con el propósito de aumentar lo que se recaude).

¿Existe evidencia  empírica de que se cumple en los hechos esta hipótesis?

Sí.

De hecho en nuestro país también hemos tenido, por más que parezca que no, rebajas de impuestos.

En efecto, el régimen de incentivos a los “PROYECTOS DE INVERSIÓN” supone, entre otros, una rebaja en la alícuota efectiva del impuesto a la renta (del 25% al 2,5% antes –ahora del 25% al 10%-); también del Impuesto al Patrimonio, de IVA y otros. Rebaja de impuestos, sí, selectiva: únicamente a aquellas empresas que inviertan (a cambio de ello, y de que generen lo que los economistas llaman “externalidades positivas”: cosas que le hacen bien a la economía en general: generar empleo, aumentar las exportaciones, etc.).

¿Se recauda menos con el “RÉGIMEN DE PROYECTOS DE INVERSIÓN”?

Bueno, tal vez sí. En lo inmediato. Al fin y al cabo debe verse también como que es una “INVERSIÓN” del ESTADO: menos impuestos ahora para lograr tener una infraestructura montada, empleo generado, valor agregado generado, etc., etc., todo que, en el futuro, me permita recaudar más.

No debe dejar de considerarse asimismo que el “equis” % de cero es cero. Dicho sea esto porque muchas veces se cuestionan los beneficios fiscales a emprendimientos que, de no existir los mismos, jamás vendrían a instalarse en nuestro país (nótese asimismo que, en materia de impuestos, estamos también en régimen de competencia internacional: las multinacionales se instalan, entre otros, donde pagan menos impuestos).

Pero, la de los PROYECTOS DE INVERSIÓN, es una disminución selectiva de impuestos, reiteramos, a las empresas que cuyos proyectos fueran declarados promovidos (declarados de “interés Nacional”).

Pero existió otra rebaja tributaria uruguaya, esta sí, generalizada, que fue el intento de Astori del 2006 de disminuir la tasa del impuesto a la renta del 30% al 25% (licuada luego con el advenimiento del 7% a los dividendos). Se trataba de una disposición que afectaba a todos, invirtieran o no.

Rebajas generalizadas de impuestos (como hizo IRLANDA) traen aparejado, a su vez, se busque o no, un aumento de la inversión (y un aumento de la inversión repercute en un aumento del empleo, del producto, etc., etc.; y ello, también, a un aumento de la recaudación).

Colofón

¿Subir los impuestos sube la recaudación o la baja?

¿Bajar los impuestos baja la recaudación o la sube?

La respuesta a estas preguntas, al menos en la teoría, debería ser: “depende”.

Depende del lugar en la CURVA DE LAFFER en que nos encontremos.

En todo caso lo que debe quedar absolutamente claro es que aquella idea de aumentar sistemáticamente los impuestos, de que “pague más el que tiene más” (que, por cierto, ya es así; no necesito copiar aquí las tasas “nórdicas” de IRPF que tiene nuestro país, con un máximo de un 36%) –que tanto “vende”-, tiene límite.

No es posible aumentar siempre los impuestos.

Al menos no es posible hacerlo y obtener siempre más recaudación.

Al fin y al cabo el problema sigue siendo el mismo: los impuestos no importan tanto sino que lo realmente es relevante es lo que se hace con ellos: el gasto.

Vamos a suponer que en la próxima campaña electoral que se nos avecina se hablará mucho de ello (de Impuestos y de Gasto Público).