Debe resolver dos problemas prácticamente en paralelo. El primero, revertir los desequilibrios acumulados en los últimos años con un plan de estabilización que reduzca el déficit fiscal. Y, segundo, emprender reformas estructurales profundas como la tributaria y laboral. Desde hoy, los ojos del mercado están sobre Milei y sus primeras señales serán vitales. Los anuncios deberian darse rápido, aprovechando la pequeña «luna de miel» que le dará la oposición, si le da. Es que si bien ese período de fair play es natural en todo cambio de gobierno, los contactados estiman que en este caso será corto… muy corto.

Señal de gobernabilidad:
«Lo primero que tendría que mostrar el nuevo gobierno, y también la oposición, es una señal clara de que va a haber gobernabilidad», afirma el managing partner de Grant Thornton Argentina, Fernando Fucci. Los desafíos económicos -concuerdan los contactados- son de tal magnitud que una base de apoyo es mínima. Hoy, Javier Milei tiene minoría absoluta en el Congreso: 7 senadores de 72 y 38 diputados de 250.
«Es la primera vez que pasa que un presidente no tiene un apoyo político de un partido, sino solo respaldo de la gente», asegura el presidente de la filial argentina de la auditora Auren, Fernando Tezanos. «Si Milei logra consensos políticos con los peronistas, Juntos por el Cambio y radicales, va a ser más liviano», agrega.
El plan de estabilización
«Milei tiene una necesidad de estabilizar la economía bajando el déficit fiscal y corrigiendo el problema del déficit cuasi fiscal», dice el economista y profesor del IAE Business School de la Universidad Austral de Argentina, Roberto Vassolo. Agrega: «Achicar ese déficit fiscal es urgente porque nadie nos presta plata».

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